A pesar de que el Gobierno cree que la mayoría de las actuaciones de la policía suelen ser de una belleza inusitada, sí reconoce sin embargo que la ausencia de música puede restarles plasticidad y, sobre todo, ritmo. “Les faltaba algo, y era eso”, puntualiza el ministro del Interior, Fernández Díaz.
Según el ministro, los golpes y las carreras suelen tener siempre una gran intensidad y un dramatismo muy correcto, pero muchas veces las pausas entre las cargas son demasiado prolongadas, o se hace demasiado evidente la falta de sincronización entre las porras de algunos agentes. “No podemos tener a tres policías aporreando a un mismo manifestante y que cada una de las porras pegue cuando le dé la gana”, señala el ministro. “Es feo y el manifestante se confunde”, añade.
A tal efecto, cada una de las furgonetas de la policía antidisturbios instalará siete altavoces exteriores equipados con subwoofer de plasma percutor que empezarán a sonar en cuanto se produzca la primera provocación por parte de los manifestantes, que generalmente suele ser una mirada rabiosa o una reflexión demasiado exagerada. El ministro se plantea también la posibilidad de que antes de que comience a sonar la música los manifestantes escuchen un Padrenuestro, “a fin de reconfortar el alma y preparar el ánimo”. Al parecer, la selección musical correrá a cargo del teniente DJ responsable de cada unidad, aunque las respectivas delegaciones del Gobierno se reservan el privilegio de abrir cada manifestación con una petición personal. En la siguiente manifestación del 25-S convocada para el próximo sábado, Cristina Cifuentes se ha pedido “algo de la Pantoja”, aunque el título de la canción todavía no ha trascendido.