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lunes, 27 de junio de 2011

Francis Cabrel La Corrida


​La ex actriz Brigitte Bardot escribe una indignada carta al rey por su cacería de elefantes

16/04/2012 18:00 | Sara Acosta
La militante por los derechos de los animales reprocha al monarca “ser la vergüenza de España"

Foto de La actriz Brigitte Bardot pide ayuda para la ultraderechista Marine Le Pen


La ex actriz y presidenta de la fundación que lleva su nombre, Brigitte Bardot, envió hoy una encendida carta al rey Juan Carlos en la que se dice “profundamente impactada, incluso escandalizada” por la cacería de elefantes en la que participó el monarca hace unos días enBotsuana y por la que permanece hospitalizado.

En la misiva, la ex actriz y creadora de la fundación reprocha al rey su participación en la cacería de elefantes, una especie “que nos cuesta mucho esfuerzo proteger. Es algo indecente, repugnante e indigno de una persona de su rango. No vale más que los furtivos que saquean la naturaleza. Es usted la vergüenza de España”.

Bardott recuerda al rey Juan Carlos la lucha de los guardas de parques naturales en Áfricapara proteger las especies amenazadas, “a veces arriesgando su vida contra la caza furtiva de redes organizadas que no dudan en masacrar, a veces a golpe de metralleta, grupos enteros de elefantes” para traficar con su marfil. Por ello la ex actriz dice estar “tan enfadada de verle posar junto a un cadáver, orgulloso de haber matado a este animal a punto de desaparecer del planeta por culpa de traficantes de marfil y de ricos ociosos”, que como el rey “matan animales por placer”.

La fundación que preside la ex actriz ha financiado un orfanato de crías de elefantes enChad de la asociación “S.O.S Elefantes”, “un combate difícil y desigual”, en el que, según recuerda Bardott al monarca español, “se necesitan los mismos fondos para cubrir los gastos
anuales del orfanato que los que usted ha empleado para matar a un solo ejemplar”





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El Arca de Noé

En el paraíso que describe el libro del Génesis (recogido en la Biblia) Adan y Eva eran vegetarianos:
"También les dijo: Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento."
  Sistine jonah.jpg 

Jonás 4:11

Reina-Valera 1960 (RVR1960)
11 ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?
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Uno de las épocas mas, quizás, misteriosas del ser humano es llamado periodo antediluviano. ¿Qué pueblos había en la Tierra antes? ¿existió de verdad la Atlántida, representante misterioso del mundo antediluviano? 

Lo que si sabemos de verdad es que hubo una catástrofe a nivel mundial a base de agua, que los científicos lo achacan a la glaciación aunque muchos otros no están de acuerdo. En la Biblia, esa catástrofe tiene nombre: el Diluvio Universal. 

Y lo más característico de ese Diluvio fue la creación de un  enorme que hizo un hombre ayudado por su familia: el Arca. Por cierto, el Arca muchas veces se ha representado como un barco, y esto es otra de las tonterias que hay que aclarar, por que si leemos el libro bíblico de Génesis no es un barco, sino un construcción rectangular de madera que los ingeneros navales han descubierto que en condiciones semejantes a las del Diluvio era la única que podía soportar las enormes olas que habrían. Quitémonos de la cabeza el hecho de que Noé construyó un barco: según Génesis, fue un rectángulo de madera y resina. 

La anomalía de Ararat. Así se expresaba un poco conocido informe de la CIA en el que revelaba que en la cima del monte Ararat (monte que según la Biblia se posó el Arca una vez que las aguas del diluvio hubieron bajado) había restos de una construcción de madera enterrados a más de 10 bajo el hielo, lo que parecía algo rectangular. Evidentemente, no dejaron a la CIA que siguiera investigando. 

A continuación vamos a ver algunas  de algunos exploradores, arqueólogos y científicos turcos que años después fueron a explorar dicha cima. Es curioso que según muchos científicos, han declarado oficialmente que sí que es el arca de Noé, e incluso han hecho un  temático llamado El Arca de Noé. 

Otra curiosidad es que los habitantes del lugar donde se encontró el arca llamaban a esa   de los Ocho, en clara referencia a las 8 pesonas que salieron del arca

Aquí tenéis un enlace con el Google Maps de dónde reside actualmente el arca
http://maps.google.com/maps?f=q&hl=es&geocode=&q=39.710164,44.304095 &ie=UTF8&ll=39.717223,44.304428&spn=0.375529,0.6427&t=k&z=11&om=1 
Obviamente, todos son fósiles petrificados puesto que hablamos de más de 4.400 años, pero algunas fotos son reveladoras. 

Esta primera foto es el arca vista desde un satélite: 
 
Esta es el arca vista encima justo de las laderas del monte Ararat: 
 
Y estas son los surcos en el suelo de las antiguas líneas de flotación del arca
 


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Uno de los arqueólogos chinos junto a los restos hallados en Turquía. | AFP 


Un misterio nada claro
- Flavio Josefo 
El historiador judeo-romano cita en sus «Antigüedaddes de los judíos» a dos autores que también han contado la historia del Diluvio Universal: el caldeo Beroso que sitúa el Arca en el monte Cordyaenos (Armenia); y Nicolás Damasceno
- Fernand Navarra
Este explorador francés escaló el monte Ararat en 1952, 1953, 1955 y 1969. En su tercer viaje encontró una viga de madera que estaba labrada. Para poder sacarla del país tuvo y no tener problemas de aduana la cortó en tres trozos
- Greenpeace
En mayo de 2007 esta organización ecologista reprodujo el Arca de Noé en el monte Ararat para advertir a los líderes de los del mundo del peligro de una catástrofe planetaria debido al cambio climático durante una cumbre del G8

Foto 
La" Anomalía" del Monte Ararat
 

El Arca de Noé

por ALFREDO MERINO
Hastiado por la maldad del mundo, encomendó Dios a Noé la construcción de un arca de 300 codos de longitud, 50 de anchura y 30 de altura, para que metiera dentro a una pareja de animales de cada una de las especies que poblaban la Tierra. El buen hombre se encomendó en cuerpo, alma y familia a cumplir con el mandato divino, y nada más terminarla y embarcar a tan singular pasaje, comenzó a llover con inusitada fuerza. Lo hizo durante 40 días y 40 noches, anegándose toda la superficie terrestre y desapareciendo toda la vida que había en ella. Pasado aquel plazo, la lluvia remitió, el nivel de las aguas descendió y el barco se detuvo en la cima de una montaña.
Así cuenta el Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento el Diluvio Universal, la más fantástica 'fábula naturística' jamás escrita.
Tiempo después, las tradiciones, perduradas hasta nuestro tiempo, aseguran queaquella montaña no fue otra que el Monte Ararat. Y desde siempre, el lugar ha sido destino de santos, anacoretas, aventureros, soldados, científicos e incluso espías, que han querido encontrar los restos del sagrado navío. Incluso hoy, lo siguen haciendo.

Un astronauta alucinado

Durante una misión rutinaria de vigilancia, un avión de las Fuerzas Aaéreas estadounidense descubrió, el 17 de junio de 1949, una anomalía situada sobre el monte Ararat, en Turquía. Temiendo la instalación de algún artefacto soviético en los limites fronterizos de la OTAN, de inmediato la CIA envió al lugar varios aviones espía, que fotografiaron todo el área. Las fotos fueron secretas hasta 1995. Cuando vieron la luz, se comprobó que la citada anomalía se situaba justamente en el lugar donde la tradición dice que varó el Arca. Algunas fuentes aseguran que la CIA desenterró los restos bíblicos.
Uno de los pilotos de los aviones espías se llamaba James Irwin. Con el tiempo ingresó en la Nasa, pisando la Luna en 1971, como miembro de la misión Apolo XV. A su regreso, alucinado y después de un periodo pasado en un sanatorio psiquiátrico, consagró su vida a la búsqueda del precioso objeto.




Foto
por ALFREDO MERINO
El monte mítico por excelencia, tres veces sagrado por las grandes religiones (mahometana, judía y cristiana) se alza en una zona convulsa desde la noche de los tiempos. El Ararat, allá donde la Biblia asegura se posó el Arca de Noé cuando escampó el diluvio universal, se eleva en el límite oriental de Turquía. Se trata de un territorio fronterizo, situado a menos de 30 kilómetros de Armenia —antes Unión Soviética— y cerca de otras repúblicas de incierto presente, como Nagorno Karabak.
Esto ha hecho que durante la mayor parte del siglo XX, el acceso a la región del Ararat haya estado restringido. Todavía hoy día es indispensable solicitar un permiso con varios meses de antelación si se quiere visitar la remota cara norte de la montaña, donde
aseguran aún permanece varada el Arca de Noé. Según la situación de la zona en el momento de la solicitud, pueden o no concedértelo. Todo esto es debido a que las autoridades turcas no están dispuestas a tener problemas con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) —formación con una gran influencia en la zona—, como ya ocurrió hace unos años cuando varios turistas europeos fueron secuestrados y posteriormente liberados por los independentistas.
Estos sucesos aconsejan mantener la zona aislada, bajo excepciones. El firmante de estas líneas es una de ellas. En junio de 2005 se le permitió realizar, junto con unos amigos, una ascensión por la desconocida vertiente.

La desconocida vertiente norte

por ALFREDO MERINO
La cumbre del Ararat se alza en territorio turco, a escasos kilómetros de Armenia e Irán. La zona está tomada por el Ejército otomano y, con timidez, las visitas empiezan a permitirse. Sobre todo para acceder al Agri Dagi, nombre local de la montaña sagrada, por su ruta normal, en la vertiente sur. El vasto lado norte, por el contrario, es tierra ignota. Territorio donde moran diferentes tribus de pastores nómadas kurdos, el Ejército mantiene en máxima alerta varios fortines próximos a la línea fronteriza y pasan años sin que la visite nadie que no sea de la zona.
Durante mi visita de junio de 2005 la recorrí parcialmente, antes de enfrentar la escalada del Monte Ararat. El ascenso no tuvo dificultades técnicas extremas, pero sí fue muy extenuante, pues el desnivel supera los 4.000 metros, algo difícil de encontrar incluso en las montañas más altas del Himalaya. No tuvimos, sin embargo, tiempo para otra cosa que para hacer una escalada relámpago y retirarnos de la montaña. A pesar de ello, me dio tiempo para estudiar la zona donde las tradiciones aseguran se encuentra el Arca. En efecto, en uno de los bordes de la enorme planicie somital del glaciar norte del Ararat, descubrí lo que llaman la 'Anomalía del Ararat', un afloramiento rocoso ligeramente puntiagudo que asemeja la quilla de un desmesurado navío. Eso, juran, es el barco de Noé.

Un enorme y viejo volcán

Con un área de 900 kilómetros cuadrados, mientras las zonas cimeras están ocupadas por extensos glaciares, las estribaciones de la montaña se salpican de pináculos secundarios y coladas basálticas, como el plató de Serdarbulak, que separa ambas cimas. El límite noreste de este territorio lo marca el Aras Nehri, cuyas caudalosas aguas definen la frontera entre Turquía y Armenia.
No obstante, más que la enorme extensión, lo que llama la atención son sus formas. Solitario, su macizo cono se alza de un golpe más de cuatro mil metros sobre las estepas armenias. Un desnivel más que considerable que convierte su ascenso en una actividad meritoria. Sobre todo si se acomete por la vertiente norte. Mientras que en el lado sur, por donde discurre la ruta normal de subida, la ascensión comienza a 3.200 metros, por la cara septentrional que comienza en el límite de los mil metros.
El camino de acceso está situado en la vertiente sur de la montaña y parte de la ciudad de Dogubeyacit y el pueblo de Elikoyu, desde donde se inicia el ascenso. La ruta normal es una ascensión aburrida, sin mayores inconvenientes que la falta de aclimatación. Por el contrario, la vertiente norte añade a su mayor desnivel el absoluto desconocimiento de una vertiente salvaje sólo parcialmente pisada por los nómadaskurdos. El punto de partida para la cara norte del Monte Ararat es Igdir, última localidad turca antes de alcanzar la frontera armenia.
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La visita de Marco Polo

por ALFREDO MERINO
«Los turcomanos, que adoran a Mahoma y observan su ley, son pueblos ignorantes con un lenguaje bárbaro y diferente a los demás. Viven en las montañas y en las landas, donde saben que hay abundantes pastos para sus carneros —no trabajan la tierra, sino que viven de los animales—. Estos turcomanos raramente tienen casa, salvo en el campo con sus animales; tienen vestidos de piel y casa de fieltro o de pieles. Crían especies caballares de gran enjundia».
La descripción de la región del Monte del Ararat que aparece en el Libro de las Maravillas apenas difiere de la que, 750 años más tarde de que fuera escrita, se encuentra el viajero en la remota vertiente norte del monte sagrado. Muy pocas cosas han cambiado desde que en la segunda mitad del siglo XIII un joven veneciano llamado Marco Polo cruzara la zona camino de la corte del Gran Khan.
Rumbo a Pekín, siguieron la Ruta de la Seda, el camino comercial entre Oriente y Occidente. Puede decirse que el Ararat es la puerta que separa ambos mundos. En su viaje estuvieron en la ciudad de Erzurum, importante centro comercial desde aquella época hasta la actualidad. Luego penetraron en Turcomanía. Los habitantes de esta provincia son descritos por Marco Polo con las palabras que inician estas líneas.
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La historia del Arca según hipótesis documentales

De acuerdo a una escuela de críticas de textos modernos — las hipótesis documentales,— la historia del Arca contada en el Génesis está basada en dos fuentes originalmente casi-independientes, y no alcanzó su forma presente hasta el siglo V antes de nuestra era. Estas hipótesis sostienen que el proceso de composición en el transcurso de muchos siglos ayuda a explicar la aparente confusión y repetición en el texto. Sin embargo, muchos judíos ortodoxos y cristianos tradicionales rechazan este análisis, y afirman que la historia del Arca es cierta, que tiene un solo autor (Moisés), y que las faltas percibidas pueden explicarse racionalmente.


La historia del Arca contada en el Génesis tiene paralelos en el mito sumerio de Utnapishtim, que cuenta cómo un antiguo rey fue advertido por su dios personal de que construyera una embarcación en la que escaparía de un diluvio enviado por el consejo superior de los dioses.
Se han hallado paralelismos menos exactos en otras culturas alrededor del mundo. La historia del Arca ha sido objeto de amplias elaboraciones en las variadas religiones abrahámicas, que mezclan soluciones teóricas a problemas prácticos (por ejemplo, cómo Noé se habría deshecho de los excrementos de los animales) con interpretaciones alegóricas (por ejemplo, el Arca sería un precursor de la iglesia cristiana, que ofrece salvación a la humanidad).
A comienzos del siglo XVIII, el crecimiento de la biogeografía como una ciencia significó que pocos historiadores naturales sintieran que podían justificar una interpretación literal de la historia del Arca. No obstante, algunos fundamentalistas bíblicos continúan explorando la región del monte Ararat (en el noreste de Turquía), donde la Biblia dice literalmente que se asentó el Arca de Noé.
En abril de 2010 un grupo de investigadores turcos y chinos dicen encontrar restos del Arca, aunque diversas fuentes han declarado su escepticismo al respecto.

Supuestos hallazgos arqueológicos

En 1916, Vladimir Rosskowizky, un explorador ruso, aseguró haber hallado a una altitud de 4 000 msnm en el monte Ararat una embarcación semienterrada bajo el hielo. El Zar Nicolás II de Rusia envió una expedición que ratificó que el hallazgo correspondía al Arca y se extrajeron pruebas que se estimaron como definitivas. La Revolución soviética y el fin del régimen zarista hiceron que dichas evidencias se perdieran para siempre.
Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos escaladores o exploradores han señalado haber visto o hallado fragmentos del arca en las inmmediaciones de la cima del monte Ararat, amén de varios documentales bastante serios acerca del tema que incluyen rastreos satelitales. Las exploraciones han sido limitadas ya que la situación geopolítica de la zona en especial durante la Guerra Fría ha impedido la autorización de ascensos por los países que han convergido limítrofemente con la zona del Ararat: ArmeniaIránTurquía (actual) y la ex-U.R.S.S).
En 1949, una expedición turco estadounidense, fotografió lo que se conocería a futuro como la Anomalía del Ararat.
En 1955 surgieron nuevamente noticias acerca de su supuesto descubrimiento cuando un alpinista francés llamado Fernand Navarra aseguró haber observado una estructura de madera a más de 4 000 msnm y que identificó como el Arca de Noé, adicionalmente aportó un travesaño de madera negra.
En 1965, un aviador turco fotografió lo que él creía se trataba la huella de una embarcación entre unos campos de hielo en Ararat. Posteriormente se conocería como la anomalía del Ararat. Esta anomalía es una formación geológica inusual que semeja haber sido depositaria del arca ya que presenta la forma de un navío como actualmente se conocen y cuyas medidas son bastante parecidas a las descritas en la Biblia, esta anomalía geológica hallada a 4 600 m de altura en el sector iraní, fue identificada a su vez en 1974 por satélites.
El más reciente, ocurrido en 2010 fue de parte de unos investigadores chinos y turcos que aseguraron en un 99% de haber hallado una importante porción del navío.Dichos hallazgos incluían una sección compartimentada de madera datada mediante el método de carbono 14 en 4800 años y que podría haber albergado animales ya que parecía un pesebre. No obstante, al mismo tiempo que se anunciaba el descubrimiento, un grupo cientista cristiano aseguraba que era un montaje fraudulento en cooperación con el campesinado de la zona.

Hallan un «Arca de Noé» en el monte Ararat... en buen estado

Pesebre» del Arca de Noé que han descubierto excavadores chinos y turcos en el monte Ararat /AFP 



«No es seguro al cien por cien, pero sí al 99 por ciento: hemos encontrado el Arca de Noé». Así se expresa el documentalista chino Yeung Wing-Cheung, integrante del grupo arqueológico turco-chino que acaba de proclamar a los cuatro vientos el hallazgo de esta reliquia bíblica en el Monte Ararat, en la frontera entre Turquía e Irán. Pero, ¿será de verdad el Arca de Noé? No es la primera vez que grupos de buscadores reclaman este gran descubrimiento. Hasta ahora, o bien han resultado ser falsificadores, o no han podido aportar ninguna prueba concreta del hallazgo. La verdad es que el hallazgo va a dar mucho de sí.

El Monte Ararat, tal y como es denominado en la Biblia -los turcos lo llaman «La Gran Montaña del Dolor»- es un macizo de más de 5.000 metros de altitud, muy cerca de la llamada «cuádruple frontera» entre Turquía, Irán, Armenia y el enclave de Najichevan, que es territorio de Azerbayán. La historia bíblica dice que, tras el Diluvio Universal, el Arca en la que Noé había conservado un macho y una hembra de cada especie animal, fue a posarse en la loma de esta montaña.

Ararat es por ello el símbolo nacional del pueblo armenio, que denomina a su propio país Hayastan, «la tierra de los hijos de Hayk» , uno de los hijos de Noé. Sin embargo, tras el establecimiento de la frontera de Turquía con la Armenia soviética en 1921, el Ararat quedo en el lado turco. En los días claros, puede divisarse desde Ereván, y aparece en infinidad de postales y representaciones pictóricas. Pero el antagonismo entre Turquía y Armenia hace que sean muy pocos los armenios que han pisado su falda.

Dada la importancia del Arca de Noé como reliquia, no son pocas las expediciones arqueológicas -mas o menos serias- que se han ocupado de su búsqueda. Pero las condiciones son muy difíciles: hasta hace poco se trataba de una zona militar reservada, en la que operaba la guerrilla kurda del PKK, que hace pocos años secuestro a un grupo de turistas extranjeros que escalaban el Ararat. A esto hay que añadir el frío extremo que agrieta las carreteras e impide los ascensos en la epoca de nieve, que se prolonga durante casi todo el año. «Aquí tenemos nueve meses de invierno», comentan los habitantes de la zona.

4.800 años de antigüedad

Esta nueva expedición asegura que las pruebas del carbono 14 indican que los restos tienen una antigüedad de 4.800 años, lo que ha despertado escepticismo entre la comunidad científica sino es que, también, bastante guasa: esta es la fecha aproximada en la que, según la Biblia -pero no según la mayoría de los geólogos- habría tenido lugar el Diluvio Universal, una idea defendida por algunos movimientos evangelistas que pretenden demostrar la literalidad de los textos bíblicos.
Otro de los elementos sospechosos es la presencia de evangelistas turcos en el grupo. Para los musulmanes de Turquía, el Arca de Noé no se posó en la cumbre del Monte Ararat, sino en el Cizre, mucho más al sur.
El nombre de la expedición arqueológica, el Ministerio Internacional del Arca de Noe -un grupo evangelista con sede en Hong Kong-, también hace dudar de su imparcialidad cientifica. Por no hablar del buen estado de conservacuión en el que se encuentran los camarotes y pesebres. Todo parece indicar que el misterio seguirá sumergido en la montaña durante muchos años.

Descripción

La Biblia dice que era un arca de madera resinosa con compartimentos, calafateada por dentro y por fuera. Los planos dados a Noé para la construcción del arca tenían, acorde al relato, las siguientes dimensiones: 135 m de largo, por 22,5 m de ancho y 13,5 m de alto, que podrían resultar suficientes para la fauna local conocida en la época pero que no bastarían para albergar a toda la auténtica biodiversidad del planeta, por tanto se deduce que la salvación solo era local, suponiendo que las medidas originales (codos) tuviesen la longitud que se acepta hoy día; si fuesen mayores, la longitud del arca aumentaría drásticamente. Fue detallado especialmente el que se hiciera un tragaluz a medio metro del remate, una puerta al costado y tres cubiertas superpuestas.
Las medidas del arca figuran en el capítulo 6, versículo 15, del libro del Génesis: 300 codos de de longitud, cincuenta codos de ancho y treinta codos de altura. Respetando las medidas mencionadas más arriba da el equivalente a un buque de carga de 14.450 toneladas de arqueo bruto, unos 41 mil metros cúbicos de espacio interior. Las tres cubiertas suministrarían una superficie total de 9.100 m². Casi todo el espacio disponible sería para la carga útil, pues era simplemente una caja destinada a flotar al garete y no debían llevar más que el alimento y el agua necesarios.
La Biblia no informa del diseño del Arca, y si se da fe a las medidas tan solo, equivaldría a una caja rectangular de fondo plano sin proa ni popa (Véase Arca). Un diseño tal permitiría al Arca no volcarse sobre sí misma y vararse en cualquier lugar geográfico. Obviamente sus cualidades marineras pueden ser objeto de discusión, pero sólo estaba diseñada para flotar y no para navegar. Es posible que el Arca con todo el peso de fauna y personas más su propio peso se hundiese entre 5 y 7 m de profundidad (calado).

La historia del Arca de Noé, según los capítulos 6 al 9 del libro del Génesis, comienza como sigue:
Yahvé observó que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la Tierra y la maldad crecía en ellos y el propósito de su creación no se cumplía, por lo que decidió destruir esas generaciones.
Sin embargo, uno de sus habitantes era un sumo sacerdote llamado Noé. «Un hombre justo y cabal entre la gente de su tiempo», y decidió que a él le correspondería mantener el linaje de los hombres de aquella tierra. Yahvé dijo a Noé que construyera un arca o barca, y que llevara con él a su esposa, a sus hijos SemCam y Jafet, y a las esposas de éstos.
Adicionalmente, tenía que llevar de ciertos tipos de animales, hembra y macho, y en distinta cantidad: de los puros debía tomar siete parejas y de los impuros una sola pareja; y para suministrarles alimentos, le dijo que tomara y almacenara la comida necesaria.
Obviamente, Noé no tenía los conocimientos ni las herramientas para construir tamaño proyecto de barco, Yahvé le proporcionó los conocimientos y las herramientas. El período que Noé tuvo para la construcción del arca, fue de 120 años y en un lugar desértico y apartado lejos de todo cuerpo de agua, según la cronología bíblica. Mientras construía el Arca, Noé y su familia fueron objeto de burlas diarias por parte de sus vecinos quienes venían a hostigar y mofarse de cómo Noé construía un barco en pleno desierto, del cuál el cuerpo de agua más cercano, estaba a unos 15 km de distancia, y adicionalmente, la lluvia en ése tiempo no existía o no era común.
Cuando Noé completó el arca, entraron con él su familia y los animales que le habían mandado. «Aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas del cielo fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches». El diluvio cubrió hasta las montañas más altas. y todas las criaturas de la Tierra murieron; sólo Noé y los que estaban con él en el arca sobrevivieron.
Finalmente, después de muchos días, el arca se asentó en el monte Ararat, y las aguas retrocedieron por algunos días hasta que emergieron las cimas de las montañas. Entonces Noé envió a un cuervo que «salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra».
Luego Noé envió una paloma, que regresó porque no tuvo donde posarse. Noé envió de nuevo a la paloma y regresó con una hoja de olivo en su pico, y entonces supo que las aguas se habían retirado. Noé esperó siete días más y envió a la paloma una vez más, y esta vez el ave no regresó. Pero tuvo que esperar unos días más, entonces él, su familia y los animales salieron del Arca, y Noé ofreció un sacrificio a Yahvé, y Dios decidió que no volvería a exterminar a todos los seres vivos con aguas de diluvio, ni habría más diluvio para destruir la tierra.



Para recordar esta promesa, Yahvé puso un arcoíris en las nubes y dijo, “Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne".Vivió Noé después del diluvio 350 años más, y finalmente, a la edad de 950 años, murió


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